Seguidores

viernes, 30 de noviembre de 2012

Tinta fresca

Esta tarde con mi libro

Hoy, el último día del penúltimo mes del año, quiero compartir unas cuantas alegrías con todos ustedes. Esta mañana, cuando me levanté, no pintaba nada halagüeño, noticia catastrófica donde las haya para mi casa, a mi marido no le queda nada de paro, no llega al año trabajado, así que o encuentra algo pronto o la ayuda, si se la dan, se llevará por delante los meses que lleva acumulado de trabajo que son sólo seis, y que conste que no hemos cobrado mucho paro en nuestra larga vida laboral, pero así es la vida.
Luego, una carta en el correo me comunica que, al menos así lo entiendo yo, que la pensión de 384€ que me ha quedado está indebidamente ingresada y que tengo que devolver casi el pico completo, o sea los ochenta y cuatro euros, como ya le había enviado los 300 a una muy buena amiga que me los había prestado cuando más falta me hacía, eso significaba que empiezo el mes de navidad más o menos como el año pasado, totalmente arruinada, pero esta vez hay una diferencia, no estoy pasando por un tratamiento tan duro como fue el de la quimio del año pasado, ni tengo prevista más sesiones de radioterapia, ni estoy calva, descejada, despestañada, ni hinchada, así que como siempre digo que todo es una cuestión de actitud, decidí continuar mi día como si me hubiese pasado todo lo contrario.
De todas formas, ya llevábamos desde el miércoles un poco moscas con el resultado de mi último análisis, según el cual no tengo cáncer, pero por lo visto los riñones me han dejado de funcionar, y eso sí es más raro aún, pues algún síntoma de algo tendría que tener, y la verdad, mis queridos amigos, no puedo encontrarme mejor en cuanto a salud se refiere, lógicamente preocupada ante las próximas pruebas, pero totalmente segura de que voy superando mi enfermedad y que así será en el futuro, cuando la haya dejado totalmente atrás. Pero claro, eso es lo que pienso yo, mi marido está muchísimo más preocupado, ¡pobre mío! recuerda los malos momentos vividos, la incertidumbre, el miedo, el no saber por donde coger, y claro, le afecta mucho a su sistema inmunológico, y enseguida se pone malo.
Siempre intento distraerlo con cosas para sacarlo de sus bolsas de preocupación intensa, y hoy, como andamos con la preparación de mi próximo libro, que será un trabajo conjunto y de cocina, con unas sabrosas y suculentas recetas ideadas, escritas, y cocinadas por él, y una introducción relatada de su muy interesante vida entre fogones escrita por mí, amén de un prólogo que esperamos escriba alguien muy admirado y querido por mucha gente, periodista gastronómico, muy bueno, y al que espero contactar esta semana próxima, le sugerí que cocinara otra receta más, para hacerle las fotos pertinentes, y así aprovechábamos y sería el almuerzo de la niña, que llegó a las tres de la tarde, como cada día.
Nos regaló la receta nº 1, ensalada templada de fideos chinos con atún fresco y sésamo, absolutamente bestial, deliciosa, una explosión de sabores en el paladar, y como lleva el sésamo, en semillas y aceite, pues eso nos animó mucho, y decidimos salir a darnos nuestro paseíto diario por el campo.
Hoy no fue muy largo, y menos mal, porque justo cuando llegábamos a casa me llamaron de una mensajería que me traían un paquete.
¡Que bonita sorpresa! La segunda edición de mi libro, mi primera copia en papel, ha llegado a mis manos.
Que buena la sensación de volver a ver algo que has parido durante tanto tiempo de nuevo en el mundo. Es precioso, y el olor de la tinta fresca que sale de entre sus páginas me conmueve y me llena de orgullo una vez más, así que doble dicha, una nueva receta hecha y mi trabajo ya la venta, y decidí que me iba al pueblo, o sea, a San Pedro, a celebrarlo con los buenos amigos que ya me tenían pedido una copia. Han sido cinco libros los que he vendido esta tarde, y con los otros pocos que se han vendido por la web, ya tenemos dinero para la semana que viene, me he sentido totalmente segura de que también voy a salir de este bache otra vez, y sobre todo, me he sentido inmensamente feliz, porque he vuelto a compartir mi alegría con amigos a los que quiero mucho y a los que hacía tiempo que no veía, y que también están pasando momento duros con la salud, y que ahora, estoy segura de que también van a superarlo, lo mismo que yo.
Luego, en la puerta, nos hemos contado algunos chistes, bastantes, y nada mejor que unas risas en buena compañía para celebrar una vez más y proclamar a los cuatro vientos que la 2ª edición de mi libro ya está a la venta.
Hemos llegado a casa como acaban los buenos cuentos, ¡contentos y felices y soñando con perdices!  Muchas gracias queridos Rafi, Pepe, Antonio, Alex, Ana, Sara, Jose, Laura, y a todos los que he saludado esta tarde.
Buenas noches queridos lectores, y recuerden siempre que en la vida todo es cuestión de actitud, y nada mejor que ponerse los zapatos de tacones y ¡salir a pisotear la tristeza! Om Mani Padme Hum! Elevation!

No hay comentarios:

Publicar un comentario