Esta tarde con mi libro |
Hoy,
el último día del penúltimo mes del año, quiero compartir unas cuantas alegrías
con todos ustedes. Esta mañana, cuando me levanté, no pintaba nada halagüeño,
noticia catastrófica donde las haya para mi casa, a mi marido no le queda nada de
paro, no llega al año trabajado, así que o encuentra algo pronto o la ayuda, si
se la dan, se llevará por delante los meses que lleva acumulado de trabajo que
son sólo seis, y que conste que no hemos cobrado mucho paro en nuestra larga
vida laboral, pero así es la vida.
Luego,
una carta en el correo me comunica que, al menos así lo entiendo yo, que la
pensión de 384€ que me ha quedado está indebidamente ingresada y que tengo que
devolver casi el pico completo, o sea los ochenta y cuatro euros, como ya le
había enviado los 300 a
una muy buena amiga que me los había prestado cuando más falta me hacía, eso
significaba que empiezo el mes de navidad más o menos como el año pasado,
totalmente arruinada, pero esta vez hay una diferencia, no estoy pasando por un
tratamiento tan duro como fue el de la quimio del año pasado, ni tengo prevista
más sesiones de radioterapia, ni estoy calva, descejada, despestañada, ni
hinchada, así que como siempre digo que todo es una cuestión de actitud, decidí
continuar mi día como si me hubiese pasado todo lo contrario.
De
todas formas, ya llevábamos desde el miércoles un poco moscas con el resultado
de mi último análisis, según el cual no tengo cáncer, pero por lo visto los
riñones me han dejado de funcionar, y eso sí es más raro aún, pues algún
síntoma de algo tendría que tener, y la verdad, mis queridos amigos, no puedo
encontrarme mejor en cuanto a salud se refiere, lógicamente preocupada ante las
próximas pruebas, pero totalmente segura de que voy superando mi enfermedad y
que así será en el futuro, cuando la haya dejado totalmente atrás. Pero claro,
eso es lo que pienso yo, mi marido está muchísimo más preocupado, ¡pobre mío!
recuerda los malos momentos vividos, la incertidumbre, el miedo, el no saber
por donde coger, y claro, le afecta mucho a su sistema inmunológico, y
enseguida se pone malo.
Siempre
intento distraerlo con cosas para sacarlo de sus bolsas de preocupación
intensa, y hoy, como andamos con la preparación de mi próximo libro, que será
un trabajo conjunto y de cocina, con unas sabrosas y suculentas recetas
ideadas, escritas, y cocinadas por él, y una introducción relatada de su muy
interesante vida entre fogones escrita por mí, amén de un prólogo que esperamos
escriba alguien muy admirado y querido por mucha gente, periodista
gastronómico, muy bueno, y al que espero contactar esta semana próxima, le
sugerí que cocinara otra receta más, para hacerle las fotos pertinentes, y así
aprovechábamos y sería el almuerzo de la niña, que llegó a las tres de la
tarde, como cada día.
Nos
regaló la receta nº 1, ensalada templada de fideos chinos con atún fresco y
sésamo, absolutamente bestial, deliciosa, una explosión de sabores en el
paladar, y como lleva el sésamo, en semillas y aceite, pues eso nos animó
mucho, y decidimos salir a darnos nuestro paseíto diario por el campo.
Hoy
no fue muy largo, y menos mal, porque justo cuando llegábamos a casa me
llamaron de una mensajería que me traían un paquete.
¡Que
bonita sorpresa! La segunda edición de mi libro, mi primera copia en papel, ha
llegado a mis manos.
Que
buena la sensación de volver a ver algo que has parido durante tanto tiempo de
nuevo en el mundo. Es precioso, y el olor de la tinta fresca que sale de entre
sus páginas me conmueve y me llena de orgullo una vez más, así que doble dicha,
una nueva receta hecha y mi trabajo ya la venta, y decidí que me iba al pueblo,
o sea, a San Pedro, a celebrarlo con los buenos amigos que ya me tenían pedido
una copia. Han sido cinco libros los que he vendido esta tarde, y con los otros
pocos que se han vendido por la web, ya tenemos dinero para la semana que
viene, me he sentido totalmente segura de que también voy a salir de este bache
otra vez, y sobre todo, me he sentido inmensamente feliz, porque he vuelto a
compartir mi alegría con amigos a los que quiero mucho y a los que hacía tiempo
que no veía, y que también están pasando momento duros con la salud, y que ahora,
estoy segura de que también van a superarlo, lo mismo que yo.
Luego,
en la puerta, nos hemos contado algunos chistes, bastantes, y nada mejor que
unas risas en buena compañía para celebrar una vez más y proclamar a los cuatro
vientos que la 2ª edición de mi libro ya está a la venta.
Hemos
llegado a casa como acaban los buenos cuentos, ¡contentos y felices y soñando
con perdices! Muchas gracias queridos
Rafi, Pepe, Antonio, Alex, Ana, Sara, Jose, Laura, y a todos los que he saludado esta
tarde.
Buenas
noches queridos lectores, y recuerden siempre que en la vida todo es cuestión
de actitud, y nada mejor que ponerse los zapatos de tacones y ¡salir a pisotear
la tristeza! Om Mani Padme Hum! Elevation!