¿Hoy vivimos una hora más? |
Una hora hacia atrás
Esta madrugada, justamente a las tres,
todos los relojes en este azotado país dieron un paso atrás. Como por arte de
magia, volvió a dar las 2 de la madrugada. Yo escuchaba la radio, donde se
anunciaba que esta noche, el programa, un magnífico programa por cierto, “La rosa de los vientos” en Onda Cero, duraría una hora más. A mí
me pareció genial la idea, ya que en verdad estaba muy distraída mientras
escribía unas páginas más de mi libro, cuando de repente dieron las tres.
Las
noticias invadieron las ondas de radio, y la primera fue, claro que sí, la del
cambio de hora. Alguien dijo que esto causaba stress en niños y personas
mayores, ya que el día se les hacía mas largo y les costaba más habituarse a
recuperar esa hora perdida y este dato se me quedó prendido en algún lugar de
mi cabeza.
Una hora perdida, pero según el gobierno,
es una hora ganada, ya que esta hora “ahorrará” mucho dinero en gasto
eléctrico, y repercutirá también en el ámbito laboral, lo cual ya le da una
cierta importancia a esa hora.
Pero, eso es para el gobierno, ¿y para el
resto de nosotros? dicho así quizás no tiene mucha importancia, otra hora más
que muchos pasarán durmiendo, otros, esparcidos por bares y discotecas bebiendo
y bailando, los trabajadores nocturnos, esos que nos limpian calles, nos hacen
el pan, nos escriben los periódicos, nos atienden en los hospitales y en
farmacias, taxistas, gasolineras, para ellos, esta noche será mucho más larga.
Una hora da para mucho, más aún si la
convertimos en minutos, ya son sesenta minutos, y sí la hacemos segundos, serán
tres mil seiscientos segundos, muchos segundos para pensar para esos casi seis
millones parados que no sabemos ya que pensar, pues muchos ya hemos llegado al
punto de no retorno. Muchos segundos para pensar para la pobre familia que
espera al lunes para que lo arrojen fuera de su casa, y muchos segundos para
pensar para esos pobres inmigrantes llegados desde remotas aldeas africanas hasta nuestras costas y que consiguieron
sobrevivir, muchos otros no tuvieron tanta suerte.
Una hora al fin, que puede ser observada
desde mil puntos de vista, y que en esta noche me gustaría mirar como una hora
más de esperanza.
Quizás en esta hora se reúnan en algún lugar
del planeta esos señores que se la pasan el día calificándonos a los españoles
y a nuestro estado económico, y sencillamente se den cuenta de que son los
mismos que nos metieron en este pozo sin fondo que se ha convertido nuestra
maltrecha economía, quienes tienen que sacarnos de ella, y que sus predicciones
no hacen más que asustarnos a los que no entendemos tanto de macroeconomías, ni
de primas, ni de bonos, y que sencillamente, lo único que queremos es que esa
hora que nos han “regalado” por arte de birlibirloque, sean muchos segundos, y
muchos minutos de alegría, y no de penas y lamentos.
Señores del BCE, del Moody´s, del FEEF,
del MEDE, y del FMI, ustedes, para muchísimos
españoles no son más que horribles siglas que nos asustan, pero también sabemos
que ahora mismo, y dicho en español, son ustedes los que tienen al toro por los
cuernos.
Creo que ya saben, y si no ya se lo digo
yo, que detrás de toda esa amalgama de problemas financieros que arrastran la
banca española o gran parte de ella, de los problemas del gobierno para
mantener la estabilidad política, estamos las personas, que somos los
verdaderos perdedores de toda la sarta de errores disparatados que han cometido
nuestros gobernantes en estos 30 años de democracia de nuestra joven nación.
Personas,
muchas de ellas, que fueron incitadas al gasto y al consumo desaforado por esos
mismos bancos que ahora les arrebata la vida, sin un mínimo de compasión.
Por eso, desde aquí les pido, en esta
hora que nos han regalado los relojes a los españoles, que nos rescaten sí,
pero no rescaten a los bancos, sino a los 5.778.100 parados que no entendemos
de siglas, pero si sabemos que tenemos que ponerle un plato de comida mañana a
nuestras familias.
Se lo pide una parada más a punto del desahucio, muchas gracias por la comprensión.
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